Las Surrealistas

Le passage por Kay Sage

El surrealismo pretende explicar el mundo a través de un arte y una literatura

que desarticulen las construcciones establecidas por la razón. En la transformación de la

conciencia humana, el líder del movimiento, André Breton, señala como medio

privilegiado el deseo erótico y otorga a la mujer un papel esencial, el de mediadora entre

el hombre y el mundo. La faceta artística de muchas de las mujeres que colaboraron en

el grupo queda entonces marginada, relegada al plano de lo privado.

La historiografía del movimiento refleja esta división, olvidando a muchas artistas que participaron de la aventura surrealista con su creación.

El surrealismo, en este sentido, atrajo como ningún otro movimiento vanguardista a muchas mujeres artistas; apoyó su creatividad sin cánones impuestos ni encorsetamientos estéticos. Las artistas rápidamente se vieron atraídas por un movimiento fundamentalmente antiacademicista que proporcionaba un claro interés por plasmar la realidad personal en la obra artística.

Las mujeres artistas que simpatizaron con el surrealismo fueron conscientes de que se privilegiaba la figura del artista varón, y algunas profundizarían en su obra una vez que abandonaron las propuestas surrealistas.

Ciencia inútil o El alquimista, Remedios Varo

Las protagonistas de este artículo son Remedios Varo, pintora nacida en

Cataluña, y Claude Cahun, escritora y fotógrafa, nacida en Nantes. Ambas trasladan su

juventud al París de las vanguardias, atraídas por la agitada vida intelectual que

desprende, y allí frecuentan el grupo dirigido por Breton. Veremos, partiendo de esa

experiencia, una síntesis de los lugares comunes en la heterogeneidad de la vida y obra

de dos artistas excepcionales que compartieron circunstancias históricas e intelectuales,

en una época y entorno que han pasado a la historia negra del conflicto, a la dorada de la

innovación en artes y letras.

Junto con Frida Kahlo, Leonora Carrington, y Lee Miller, que eligieron trabajar profesionalmente en la pintura o la fotografía, estas mujeres del surrealismo crearon una gran aportación a la iconografía de la feminidad a lo largo del siglo XX.

Autorretrato II, Frida Kahlo.

Frida Kahlo es un símbolo que indicó que los hombres pueden vivir y formar su destino propio según su idea individual. Pero, además, su nombre está ligado al arte popular mexicano, al surrealismo y al comunismo. Pintó cuadros fantásticos, de estilo naif, de gran belleza.



El recital de los sueños, Leonora Carrington.

Las obras de Leonora Carrington son inquietantes y llamativas. Utiliza figuras extrañas y están simbólicamente ambientadas en escenarios que podríamos llamar clásicos. En sus representaciones se inhibe la seguridad del mundo real y las formas se pierden, haciendo que las perspectivas y las proporciones resultren dañadas en el sentido creativo de la palabra. Entre esas figuras deliciosamente ovaladas se distingue la seducción por el miedo y la leve esperanza de dar forma a pensamientos rebeldes que luchan contra la hipocresía del mundo real.

Roma despues de la guerra , Lee Miller

Lee Miller paso de ser modelo de 'Vogue' a musa y aprendiz del fotógrafo Man Ray, artista surrealista y corresponsal de guerra. fue una de las mujeres más creativas del siglo pasado y la primera fotógrafa de guerra en la II Guerra Mundial, entre ellas algunos trabajos no expuestos hasta ahora y retratos de Pablo Picasso, Charles Chaplin o Salvador Dalí.

Las obras de las mujeres artistas aparecen eclipsadas por las de sus compañeros. El surrealismo, a pesar de apoyar la opción artística de la mujer, acabó por excluirla de sus filas y manifiestos, identificándola no como sujeto artístico, sino como objeto.